Rampas: ¿solución o problema?
Halla «las 7 diferencias»:
A la izquierda, la rampa de entrada a un edificio cualquiera que nos podemos encontrar.
A la derecha, una de las rampas de saltos de esquí que se pueden ver en las estaciones de Centroeuropa.
Si, la comparación es exagerada, pero la utilidad de ambas infraestructuras es la misma: lanzarte hacia un trompazo antológico.
Fuera de bromas, aprovechamos el post para comentaros que para mejorar la accesibilidad y en los casos de ejecutar una rampa, con la intención no basta.
La norma es muy clara:
Rampas de menos de 3m. de longitud: pendiente máxima 12%
Rampas entre 3 y 10 m. de longitud: pendiente máxima 10%
Rampas de más de 10 m. de longitud: pendiente máxima 8%
Os pongo 3 casos que podemos ver en Albacete en poca distancia:
1er caso: rampa “lanzadera”, la rampa salva 14 cm. de desnivel en 40 cm. de longitud, o lo que es lo mismo, un 35% de pendiente aproximadamente
2º caso: la evolución: la rampa cumple, el espacio aparentemente es suficiente, por esa puerta un discapacitado en silla de ruedas podrá salir del local, pero no puede acceder autónomamente.
3º caso: la solución:
Aquí observamos varias cosas:
- La rampa cumple con la pendiente, y además tiene anchura de paso suficiente.
- La puerta se abre mediante un detector de movimiento
- La rampa se ha realizado a costa de eliminar un escalón existente…y no ha pasado nada.
Así que rampas si, pero “con conocimiento”.
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