10 consejos para un baño accesible
Un baño accesible es clave para personas discapacitadas, de movilidad reducida o personas mayores, que no lo tienen tan fácil como nosotros para ir al baño y asearse.
Nosotros pensamos en el futuro y sabemos que tarde o temprano nos tocará a nosotros tener el baño adaptado. ¿Porque no hacerlo ya?
Por ello hoy os damos 10 consejos para un baño accesible, para que os lo planteéis si tenéis personas con problemas de movilidad en casa:
– Os recomendamos que la puerta del baño sea corredera o abra siempre hacia afuera, para evitar que, en caso de que el usuario sufra alguna caída al interior del baño, pueda quedar impidiendo la apertura de la puerta.
– Deben contar con un suelo de algún material antideslizante, y un espacio libre de al menos 150cm de diámetro, que permita al interior del baño el giro de una silla de ruedas en 360º.
– Junto a los sanitarios deberán instalarse barras de apoyo. Os fijaréis que en muchos aseos de discapacitados sólo hay un asa en uno de los lados del inodoro. Nuestra experiencia aconseja un asa a cada lado.
– Todos los accesorios del baño (jabonera, toallero, etc.) deben ir instalados a una altura no superior a 120cm. del suelo. Probad a sentaros en una silla normal dentro del baño y comprobad qué objetos podeís coger cómodamente a esa altura.
– El lavabo no debe tener pedestal ni mobiliario inferior que impida la aproximación de una silla de ruedas hasta su borde. Debe ir a una altura de 80cm.
– Es conveniente que la grifería sea del tipo palanca, presión o algún otro sistema que no necesite girar la muñeca para su funcionamiento.
– El espejo se instalará a una altura de 1 m. desde el suelo; algunos expertos aconsejan que el espejo tenga un ángulo de inclinación de 10º con respecto a la vertical, aunque nosotros pensamos que no es necesario, depende de las necesidades del usuario.
– En algunas webs encontraréis que el WC debe estar a una altura de 50cm desde el nivel del suelo. Esto es relativo. Nosotros aconsejamos usar un inodoro normal por una cuestión muy sencilla; si hacemos un rápido ejercicio de imaginación, probad a “evacuar” con los pies en el aire. Cuesta, ¿ verdad? Ahí va un pequeño truco.
Si el usuario es suficientemente alto, es aconsejable la plataforma suplementaria siempre y cuando cumpla la sencilla premisa de al menos, apoyar los pies perfectamente en el suelo. Estos asientos deben estar bien sujetos y en perfectas condiciones para eliminar el riesgo de caídas.
– La ducha resulta más práctica, cómoda y segura que la bañera. El receptáculo no debe tener bordes que impidan el acercamiento de una silla de ruedas, basta con un escalón máximo de 2 cm y una pendiente del 2% hacia el desagüe para evitar que el agua escurra por el resto del baño.
– Dentro de la zona de ducha deben instalarse barras de apoyo a 85 cm en sentido horizontal, y hasta 140cm en sentido vertical. La ducha ha de incorporar un asiento, fijo y abatible (idealmente de 45 x 45 cm y a 50 cm de altura) o movible (cualquier silla plástica de jardín podría serle de utilidad).
Ya veis que se trata de algunos pequeños y grandes cambios en el baño que reducirán muchísimo el riesgo de lesiones, caídas y otros problemas en personas que ya tienen su visita al baño lo bastante complicada.
En resumen, y para hacernos una idea global, aquí os ponemos una foto de un baño adaptado del Spa y Hotel Mar y Sol, de Tenerife. Y en cuanto al diseño, hay opciones en el mercado para todos los gustos!
Merece muchísimo la pena plantearse cuáles de estas medidas convienen a nuestros mayores para hacerles la vida más fácil. Y creedme, os lo van a agradecer de todo corazón.
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